domingo, 18 de octubre de 2009

manifiesto nomada

3. M a n i f i e s t o N ó m a d a


El paso por las inevitables instituciones, siempre nos dejó huellas. Muchas veces recurrimos al Análisis Institucional, para poder entender un poco qué cosas tan extrañas pasan, para diagramar un plan de acción. Conceptos como encargo, implicación, sobre-implicación, cuadrícula, instituido, instituyente, instituíble, transversalidad, exterioridad, grupos objeto y sujeto, nos fueron muy útiles. En cierta ocasión, en plena imprescindible fuga de una institución imposible, escribí este ‘manifiesto’, dado que se armó una grupalidad docente por fuera de lo instituido. Lo incluyo en este texto sólo como una memoria, la memoria de los incontables intentos de quienes han deseado luchar, como diría Brecht, toda una vida.

Por alguna razón, no estamos en la Universidad.
O no nos dejaron entrar, o nos sacaron, o nos fuimos.
Tal vez fuimos excluidos por temor. Tal vez nos fuimos por instinto.

Pero ocurrió que nos sacaron el micrófono en plena clase siendo docentes invitados,
ocurrió que fuimos seudo-invitados, para no quedar mal.
Ocurrió que no fuimos siquiera invitados.
Por tanto no estamos ni en grado, ni en post-grado,
ni siquiera en extensión –llamada universitaria-.
En general, es cierto que pateamos un poco el tablero
pero de un ajedrez que no quisimos jugar. Ni nos avisaron que se trataba de eso.
Es cierto que tiramos del mantel,
pero ¿ quien puso esa mesa chica para repartirnos entre pocos el pastel de seres humanos?
No entramos en el juego, tampoco en la batalla.
Preferimos dado el juego miserable y si hubiera que elegir,
una batalla noble.
Por eso “máquina de guerra”.
*
Nuestro instinto de lobos sigue adelante, como en manada.
Una manada nómada, una cátedra itinerante.
Como sea, convertimos la exclusión en una línea de fuga.
Y tal vez sin quererlo, estamos ligados , u obligados
a ser más ‘pensadores privados que profesores públicos’(Deleuze acerca de Spinoza)

Nuestra conversión, nuestra diversión, nuestra línea de fuga activa,
nuestros espacios lisos, nuestras breves consistencias de bar,
sin poder o sin querer organizarnos demasiado,
parece una carencia, de esas adolescentes.;
pero la hemos convertido en un modo de existir.

*
Si funcionamos, lo hacemos con enormes diferencias entre nosotros.
Cada cual va por su lado, como un anomal,
como un lobo solitario buscando el alimento,
olfateando el éter místico en las encrucijadas.
Como un lobo periférico en relación al centro de la manada,
sin poder subsumirse a ella, pues moriría.
Sin poder dejarla del todo, pues también la precisa,
entrando y saliendo, de las instituciones y los grupos,
que sabemos que estallan,
que sentimos que mienten -para mantenerse unidos,
que sabemos que fingen -para mantener una identidad en espejos hace tiempo subastados;
de instituciones que sabemos vaciadas,
las sabemos desfondadas,
sabemos que -sin embargo- fingen, y fingen que no fingen, hasta enloquecer.
*
Más que unidos estamos sólo conectados.
Detestamos eso sí, los planos de organización, la burocracia administrativa, los programas fijos, tener que hacer buenas relaciones públicas para estar en un staff, o en una estafa.
No podríamos armar una Escuela –ya bastante las sufrimos.

Con las instituciones pervivimos en sus bordes,
y o nos temen, o nos echan, o nos vamos.
“Que cada cual reconozca a los suyos”.
Si ‘buscamos aliados’, no es para hacer alianzas,
si somos amigos en el pensar, no es para hacer contratos.
Ni leyes, ni contratos;
como los indios de Chiapas: “no hacemos leyes, hacemos costumbres”
Como cuenta Pierre Clastres que veían los españoles a los ‘salvajes’ de América:
sin ley, sin rey. Eso si, con fe.

Y sólo un amable consistencia.
Somos amigos en relación al agón,
que en griego es reunión pero también lucha.
Y sí.., cada tanto nos peleamos un poco, nos alejamos por un tiempo,
Porque precisamente el amor y el deseo lo permiten.
*
Somos apátridas, indios en fuga detrás de la montaña,
negros huyendo y buscando un arma -a lo George Jackson.
Indios, armenios y judíos en diáspora, sintiendo un milenio de persecución,
O sólo quinientos años.
Y a la vez ‘palestinos en Israel’(Marcos) después de ‘judíos en Alemania’.
Amazonas sin hombre medio europeo ni patriarcas
para amar las seguridades que los hombres prometen y algunas mujeres buscan;
pero capaces de enamorarnos,
como Pentesilea de Aquiles y ‘traicionarlo todo’ en un solo movimiento.
Últimos mohicanos, siempre pareciendo traidores
– para ingleses y franceses dominantes.
Pareciendo traidores como el Judas de Scorsese,
el Jonás de Deleuze,
devenimos nómadas en banda con efectos de manada itinerante.

Cada tanto hacemos un pequeño grupo
-descreyendo de la identidad de grupo,
cada tanto nos deshacemos en ‘pelea intensa’,
cada tanto nos rehacemos en un intenso amor.

Somos impredecibles para organizarnos, pero somos deseantes.
Cada tanto paranoicos,-siempre amenaza un pogrom,
siempre un campo de concentración se insinúa,
siempre un parapolicía, siempre un policía,
siempre una Shoa (devastación en hebreo)
siempre un Aksor (deportación letal en armenio)
nos hace huir .
Comúnmente esquizoides, nos peleamos un poco cuando algo nos molesta.
Si parecemos hostiles, al menos jamás resentidos.
Si somos inconscientes, jamás la mala conciencia.
Y creemos en la sensación de cuerpo.
Por eso después de las batallas, nos ocurre el abrazarnos con ternura.
Sí, somos guerreros, pero nunca hemos matado a nadie
de silencio o por la espalda.

Aún deseamos enamorarnos aunque todo lo equivoque.
-por un instante de oro (Javier Margulis) empeñamos una vida.
*
Mutamos mucho, a veces demasiado.
Por eso somos diagramáticos en situación,
y no programáticos de institución.
Odiamos el trabajo porque amamos la actividad.
Amamos el deseo y deseamos lo que amamos,
odiamos la obligación y el interés
Siempre que podemos, fugamos del capitalismo miserable..
Como los indios mayas, odiamos la economía y el Estado,
y los funcionariados, y las rostridades públicas, las famas, las jefaturas.
Los liderazgos, las representaciones, las centralidades, las sociedades
Y los contratos.
.
‘No hacemos leyes, hacemos costumbres’
¿Cómo sostenernos en una institución – captura ?
Precisamos líneas de fuga, movimiento y mutación para crear.
*
No nos ponemos en víctimas cuando enunciamos:
“hemos sido excluidos, hemos sido perseguidos”.
Estamos orgullosos de ello.

En el fondo, detestamos insertarnos en algún sistema,
y nos disgusta el dinero -aunque lo usemos por ahora,
y la seguridad, y las burguesías docentes.
Detestamos también el puro prestigio y el poder.
Pero amamos la potencia, y crear con los alumnos
– así llamados por ahora – nuevas formas de relación.
Muchos alumnados aún buscan el poder del saber del profesor,
lógica de una servidumbre voluntaria,
que desde el 1500 anunciada por La Boetie,
desde el 1600 denunciada por Spinoza, aún funciona.
Hemos renunciado a representar un saber,
a favor de que se produzca un pensar.

Y cuando nos ‘va mal’,y nos quedamos como un lobo solitario
no triunfamos al fracasar, ni fracasamos al triunfar.
Es que no creemos en triunfar, a menos que triunfar sea
saber reir.
“si la filosofía muere...al menos será de risa”(Deleuze).

* * *
Daniel Ferioli, En "Deleuze,Arte y clinica"(texto inedito).